Lavado y conservación de verduras

Tenemos que limpiar muy bien las verduras, especialmente las que consumimos crudas ya que pueden tener restos de tierra, insectos, caracoles, babosas...
Debemos tener en cuenta que pueden tener bacterias procedentes del agua de riego, la manipulación o el transporte.
Si no son ecológicas, tendrán restos de pesticidas y productos químicos.

Al momento de comprar, tenemos que seleccionar. Descartaremos las verduras que tengan mal aspecto (piel dañada, manchas amarillas, hongos...)

Con la fruta lo mismo, tiene que tener buen aspecto, textura fuerte, sin marcas ni manchas y de color vivo.

El tamaño y la forma no son importantes. Las frutas y verduras pequeñas o de forma irregular son igualmente buenas.

Es importante lavarnos las manos y mantener los cuchillos, los utensilios de cocina y las superficies donde trabajamos escrupulosamente limpias. 

Siempre debemos lavar todas las frutas y las hortalizas, aunque las vayamos a comer peladas. Deben lavarse con su piel y sin cortar, para evitar que la suciedad y los tóxicos puedan contaminar el interior.


Limpiar las frutas y verduras bajo el grifo va bien para eliminar la tierra, pero no es suficiente. Un cepillo suave o una esponja sin jabón ayudan mucho, especialmente con los tubérculos.

Para las verduras de hoja como lechugas, escarolas o coles, retiraremos las hojas exteriores, que son las más expuestas a los tóxicos. Dejaremos las hojas enteras.

En general, sumergiendo la verdura en agua con un poco de vinagre durante unos 10 minutos es suficiente, no prolongaremos el tiempo de remojo para evitar la pérdida de vitaminas.
Para cada litro de agua añadiremos una cucharada de vinagre o zumo de limón o bicarbonato. También podemos utilizar agua oxigenada. Son desinfectantes naturales.
Nunca utilitzaremos detergente o lejía, sus restos son tóxicos.

Hay que enjuagar de nuevo las patatas, remolachas y zanahorias una vez peladas.

Después del remojo, enjuagaremos la verdura y la fruta con agua corriente y dejaremos escurrir.
Las hojas las centrifugaremos. Una vez esté todo muy limpio y seco, lo conservaremos en la nevera.

Este hábito de higiene, puede evitar muchos trastornos e ingesta de plaguicidas.

También ahorraremos tiempo, cuando vayamos a cocinar lo tendremos todo preparado.
Prolongaremos el tiempo de conservación de la verdura y mantendremos la nevera en óptimas condiciones.

Hemos preparado este artículo basándonos en nuestra experiencia personal.
Hace décadas que utilizamos el vinagre y el limón para el lavado de verduras y frutas. Hemos complementado la información con un interesante  artículo de  Mercedes Blasco, Nutricionista y máster en nutrición y salud.

 Montse y Júlia