INGREDIENTES

Harina integral de espelta
Agua mineral o filtrada

PREPARACIÓN

Primer día: Preparamos una mezcla de 25 g de harina y 25 ml de agua. La guardamos en un frasco de vidrio limpio, tapado con una gasa o tela para que respire. La dejamos a temperatura ambiente.

Segundo día: No observamos ningún cambio aparente. Añadimos una mezcla de 10 g de harina y 10 ml de agua.

Tercer día: Ya vemos burbujas. Nuestra masa madre ya está activa. Añadimos una mezcla de 10 g de harina y 10 ml de agua.

Cuarto día: Añadimos una mezcla de 10 g de harina y 10 ml de agua.

Quinto día: Ya podemos utilizar la masa madre.

Cada vez que usamos masa madre, la alimentaremos añadiendo la misma cantidad de mezcla de agua y harina que hemos utilizado.
Ejemplo: Si hemos gastado 50 g de masa madre, añadiremos al frasco una mezcla de 25 ml de agua y 25 g de harina.

CONSERVACIÓN

Hay que alimentar la masa madre. Cada 5-6 días añadiremos una mezcla de agua y harina a partes iguales. Antes de hacerlo, para evitar que se llene demasiado el frasco, podemos tirar una buena parte para añadir mezcla nueva.

Si la utilizamos a menudo la mantenemos a temperatura ambiente. Si estamos días sin usarla, la guardaremos en la nevera. En este caso, cuando la volvamos a utilizar, la sacaremos un par de días antes de la nevera y la activaremos añadiendo un poco de mezcla de agua y harina a partes iguales.

Si la vamos conservando puede durar mucho tiempo, incluso años.

PARA SABER MÁS

El pan con masa madre es diferente al que se hace sólo con levadura prensada. Tiene más vida útil, mejores cualidades organolépticas, se digiere mejor y tiene mejores propiedades nutricionales.

Es mejor evitar el agua del grifo. En caso de utilizarla, dejaremos airear unas horas para evaporar el cloro.

La masa madre es todo un mundo, se puede hacer de muchas maneras.  No somos expertas, con este post  os contamos nuestra modesta experiencia que, de momento, nos ha dado buenos resultados.

LA RECETA EN UN MINUTO
VIDEORECETA

 Montse