INGREDIENTES
Pimientos rojos
Azúcar
Zumo de limón
MATERIAL NECESARIO
Una cacerola de acero inoxidable
Cuchara, varillas u otro utensilio de acero inoxidable para remover, (evitar la madera)
Frascos de vidrio con tapaderas, muy limpios
Olla alta para hervir los frascos y hacer el baño María
PREPARACIÓN Y COCCIÓN
Lavamos los pimientos y los secamos. Preparamos la bandeja del horno. Nos ponemos un poco de aceite en las manos, untamos los pimientos y los ponemos en la bandeja. Los entramos al horno frío, altura 3 contando desde abajo. Conectamos el horno a 210 ºC, calor de bóveda y solera. Horneamos 45 minutos. Paramos el horno y dejamos reposar 10 minutos más con el horno cerrado. Sacamos la bandeja y la dejamos enfriar. Pelamos los pimientos y les retiramos las semillas.
Cogemos una cazuela de tamaño adecuado para cocer la mermelada, ponemos los pimientos, añadimos 650 g de azúcar por cada kg de pimientos limpios; si tenemos menos cantidad, hacemos la proporción.
Lo trituramos con la batidora eléctrica hasta que quede bien fino. Añadimos el zumo de un limón por cada kilo de pimientos (si tenemos menos cantidad, con el zumo de ½ limón nos basta). Ponemos la cazuela al fuego y empezamos a cocer a fuego suave. Debe coger temperatura lentamente. Iremos removiendo con suavidad con las varillas de acero inoxidable. La mermelada irá cambiando de color y de consistencia, lo podremos comprobar removiendo. Debemos tener en cuenta que el pimiento ya está asado y no tardaremos mucho tiempo. Cocemos unos 25-30 minutos a fuego suave.
Como sabremos si la mermelada tiene la consistencia correcta?
Cuando empezamos a cocer la mermelada, ponemos un platito en el congelador y vamos haciendo pruebas:
- Sacamos el plato del congelador, ponemos una cucharada de la mermelada y la entramos a la nevera. Esperamos unos minutos que enfríe, empujamos la mermelada con el dedo y si hace pliegues ya la tenemos lista.
- También observaremos que cuando lleva un buen rato cociendo, las burbujas "explotan" más lentamente y hacen más ruido, la mermelada no hierve con tanta alegría y nos cuesta remover.
Cuando tengamos la mermelada en su punto, paramos la cocción y dejamos reposar un buen rato. Mientras tanto, tendremos preparados los frascos que habremos lavado muy bien, (los podemos hervir o secar en el horno a 100º C. Llenamos los botes con la mermelada caliente hasta el cuello del frasco. Repasamos los bordes de los botes y el interior de las tapaderas con un papel de cocina que tendremos mojado con alcohol. Lo tapamos bien.
Cogemos una olla de tamaño adecuado y la llenamos con agua caliente del grifo hasta la mitad, en el fondo ponemos un paño de cocina doblado. Colocamos dentro los botes llenos, bien tapados, y calentamos hasta llevar a ebullición. El agua debe cubrir los botes un par de dedos por encima. Hervimos a 100º C durante 30 minutos, paramos la cocción y dejamos enfriar sin tocar los botes. Una vez fríos, los sacamos, secamos y etiquetamos.
PARA SABER MÁS
Guardamos los tarros de mermelada en un lugar oscuro, fresco y seco. Se conservan bien más de dos años, ya que tienen bastante azúcar.
RESULTADO
Esta mermelada tiene un sabor muy especial que la hace adecuada para acompañar caza, carnes rojas asadas, al horno o la brasa. Combina muy bien con el magret de pato, el cerdo, el roast-beef, las hamburguesas, etc. También contrasta con quesos frescos y curados.
Júlia y Montse